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OK, la alienación Computer…(ZONORIDADES)

7 am, siete de la mañana, el tostador, horno de microondas y special eggs. El automóvil, el autobús o el metro, otros más en bicicleta, ese rudimentario sistema de transporte que se ha reinventado dentro del sistema, digital star system, tecno internet, lights on, off, según las preferencias y un acuoso y turbio café para adormecer al organismo. Alienación a la rutina, a la programación y los sentidos repetitivos, instinto de supervivencia entre semáforos y el absorto pensamiento que divaga en cuotas, impuestos, políticas públicas y mucho insomnio.

Calzando tenis Nike, lo alternativo se aliena a la comercialización desmedida. Nadie escapa del capitalismo, es imposible. Como cerdos en una jaula con antibióticos, el libre mercado experimenta los parámetros con los que dirigirá y moldeará a una sociedad individualista, donde la necesidad frívola y banal se antepone a la colectividad, donde se puede ver el mundo desde una trinchera repleta de comodidades caseras y enseres tecnológicos de última generación, gadgets y palabrejas inventadas por publicistas voraces.

Tal vez esta columna se la llevaría el carajo, si desde antes de las 6.30 am el autor de estas líneas se viera en la obligación de asistir a una fábrica para la explotación de sus conocimientos universitarios adquiridos durante 5 años. Un jefe molesto, uniformes, peinado adecuado a la normatividad empresarial, sin tatuajes, labour checking, juntas, directivos, secretarias y escritorios, planes de trabajo, inseguridad social y actitud de lealtad a ultranza, la llave del éxito. Sin embargo, el autor hace lo que le gusta y puede vestirse como se le antoje, with my old and dirty New Balance shoes.

Y todo para llegar a un punto: neo hippies ambientalistas y pseudo socialistas alternativos que consumen datos, literatura y música sin dejar de declarar su inconformidad desde universidades públicas subsidiadas y monitores computarizados conectados al resto de la red global, la eterna discriminación del salario mínimo y los créditos de vivienda.

Seguidores de Naomi Klein revisited, No Logo, y la desdicha de hacerse rico publicando en editoriales transnacionales, con papel reciclado proporcionado por las empresas estatales que subsidian dicha materia prima. La alienación es latente, aunque se viva en un sistema injusto, no podemos escapar de los códigos de comercio y marcas registradas de los productos. Lo sabemos, no es nada gratificante saber cómo Nike manufactura sus tenis en maquiladoras insalubres e inseguras en la lejana Vietnam, y aun así, en las manifestaciones anti globalización, lo primero que se asoma en los pies de la “alternativa” primermundista que hace mítines en lo que alguna vez fueron sus colonias (algunas todavía lo somos y seguiremos siendo), es la palomita estadounidense. ¿Contradicciones del sistema o sarcasmo por parte de los manifestantes extranjeros? ¿Habrán leído a Marx, Engels, Lenin, Martí, Flores Magón o Librado Rivera? De lo que si estoy seguro es que Klein está en las repisas de su comoda vivienda europea. Vacacionistas de cumbres globalifóbicas. Un desfile de trademarks que no incomoda a los dueños del capital.

¿Y para qué se escribe esto? Radiohead en México. Once años de Ok Computer, la obra musical que cambió el destino de la creación sonora en la última década. La última gran banda de rock. Déjese a un lado las insoportables etiquetas: electrónica, indie, alternativa, progresivo y la devaluadisima emo. Radiohead ha sobrevivido con un rock fuera de los parámetros y su universalidad radica precisamente en eso, la innovación constante. Aunque debo aclarar que ser admirador de los oriundos de Oxford lo lleva a uno a perderse en la subjetividad del halago fácil y la comodidad de la no crítica. Sin embargo, haciendo caso de advertencias literarias, me dispongo a ser objetivo con una banda de gusto personal.

Siendo así, Ok Computer es para muchos de nosotros que la escuchamos recién salida al mercado mundial, una obra contemporánea, melancólica y alienante (una contradicción de una banda que escapa de los lineamientos mercantiles, pero que tiene que sobrevivir de la compra desmedida de su álbum), un retrato de la cotidianidad de un mundo que no escatima en endeudamiento, en catástrofes sociales y ecológicas, una grabación sombría y de recursos auditivos que concuerdan con la realidad. Podría decirse que es un disco premonición de la burbuja financiera que ha explotado en estos días. Y aquí hay algo que discierne mi objetividad de la subjetividad recurrente, el discurso del rock star que de una u otra forma cae rendido ante la maquinaria megalomaniaca que en su entorno se crea. Le sucedió a Pink Floyd, a U2 (guardando una clara distancia, por no decir enorme con estas dos bandas) y a Radiohead. El discurso anti sistema se obsoleta al quedar inmerso en la industria millonaria del disco y merchandising (palabra clave del neoliberalismo, sin ella no se entienden las nuevas condiciones comerciales), uniéndose en campañas que no entiendo si son para impresionar a escuchas que apenas tienden a formarse una ideología o un gancho comercial para que se compren sus productos (léase, campañas contra la violencia, desforestación, hambruna, derechos humanos y un largo etcétera), aliándose a compañías que antes se criticaban, ej. El emporio MTV y todas sus aberrantes ramificaciones a lo largo de todos los continentes: la discriminación de todos contra todos, cada quien su premio.

He de comentar que la banda inglesa, en mi particular punto de vista, llegó a la cima con la trilogía que se basa en sucesos diarios: clonación, libre mercado, individualismo. Una versión auditiva de Orwell y Huxley, como alguna vez lo hiciera Pink Floyd, pero siendo Radiohead más acertado en su incursión al discurso anti imperialista. Así, Ok Computer, Kid A, Amnesiac y con el plus de la grabación en vivo I Might be Wrong Live Recordings, constituyen la cima creativa de estos cinco ingleses, pues con la aparición de Hail to the Thief y el reciente In Rainbows se ha notado un receso experimental, como si estos dos últimos álbumes presentaran la resaca de la reinvención de la trilogía antes mencionada. Una serie de lados B que cualquier banda hubiera deseado para hacer el disco de su carrera.

Aún y con estos dos últimos álbumes que los sitúan en un stand by creativo, dispusieron del tiempo necesario para una vez más, modificar las reglas del intercambio musical, trueque de inicios de siglo XXI, o la aproximación a una nueva era en la industria del disco. Con la salida de In Rainbows, y al margen de cualquier casa discográfica, pusieron en la red su último álbum para que cada consumidor pagara lo que se le diera la gana por él. Sí, estoy de acuerdo, es una estrategia comercial de doble filo, por un lado se incentiva la compra por internet con sus respectivas comisiones, y por otro, se incrementa la venta del disco por el medio común de adquirirlo físicamente, aunado a los millones recaudados por parafernalia y demás productos. Y funcionó. Radiohead tiene en la alienación de sus seguidores para con su música, tal vez la mejor estrategia para seguir vendiendo cifras astronómicas de sus trabajos. La explotación del hombre-máquina por el hombre.

Lo cierto es que Radiohead sigue su camino y hacen música para ellos que termina en el subconsciente de millones de escuchas. La universalidad a la que muchas bandas “alternativas” de un disco difícilmente llegarán. Los neo hippies están de moda con una ideología en la que prevalece el underground políticamente correcto del internet. Los pseudo socialistas modernos se regodean en blogs de compañías multimillonarias que ofrecen ese servicio al tiempo que toman un Starbucks. ¿Qué Radiohead copió un piano de Boards Of Canada? ¿Qué si hay que alabarle cualquier material que sacan, simplemente por considerárseles vacas sagradas? Cuestiones que leí en un blog de reseñas de discos “altamente alternativos” ¿O será de reciclaje musical como se afirma respecto a los últimos álbumes de los ingleses de cabeza de radio? Influencias, lo defino yo. Desde Kid A, los británicos han exacerbado su admiración por bandas como Aphex Twin, Autechre, Boards Of Canada o Clinic, artífices de esos sonidos entrecortados de electrónica punzocortante. De sobra cabe mencionar que Kraftwerk es uno de sus iconos predilectos. ¿Plagio? No lo vislumbro de esa manera. E intentando ser objetivo, se percibe en todos sus discos, dejos de Kraftwerk, órganos a lo Clinic y un sinnúmero de referencias. ¿Influencias? Si, y dentro de sus parámetros de originalidad, las evocaciones a bandas que enriquecen la concepción musical está presente en cada uno de los trabajos de Radiohead, amoldándose al sonido característico de la banda. ¿Reciclaje descarado? Ahí discierno con los detractores. La vigencia es la respuesta.

¿Y yo? Estaré con Radiohead en marzo. Por lo pronto, escucharé la metáfora autodestructiva del individuo alienado en Fitter Happier, mientras mi cena de grasas saturadas se calienta en el microondas.

*Y sin fanatismos a ultranza, los invito a leer el post aparecido en el blog Jóvenes Dioses bajo el título de CALAS: Radiohead en México! Les dejo el LINK:

El Cereal Kiler

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Oye amigo me confundi! :( se ve que si te gustan pero la mitad de tu post no la entendí! :S

de todos modos esta muy chido tu blog, hay buena musica.

xoxo