En los próximos meses la pianista canadiense Angela Hewitt tiene programados 110 conciertos en 14 países. Dos serán en México, en la Sala Nezahualcóyotl, en los que interpretará una rareza: la versión completa del Clave bien temperado de Johann Sebastian Bach, obra monumental dividida en los libros I, publicado en 1722, y el II, en 1740.
“Es muy raro que se interprete la obra completa, así que para muchos será la experiencia de una vez en la vida”, adelanta Hewitt en entrevista telefónica con La Jornada, desde Londres.
“Las dos partes del concierto representan cuatro horas y media y forma parte de la más bella música jamás escrita y también la más difícil de interpretar. Por eso no se programa de manera frecuente, pero todo profesor y estudiante de piano debe aprender y conocer. Sin embargo, no es necesario ser músico para apreciarlo. Es la mejor música y lleva en ella cada emoción y experiencia humanas”, por eso no importa si se escribió hace más de dos siglos.
Esa es la magia de Bach, dice la pianista, considerada la mejor intérprete al piano de la música del compositor alemán, y para muestra, en 2005 concluyó un proyecto de 11 años que consistió en grabar todas las piezas para teclado compuestas por él. Sin embargo, en su repertorio también se cuentan Beethoven, Brahms, Handel, Haydn, Mozart, Schubert, Schumann, Chopin. Prokófiev, Debussy, Fauré, Messiaen, Rameau, Albeniz, Scarlatti y varios compositores que han escrito especialmente piezas para ella, como Patrick Cardy, Oskar Morawetz y Harry Hayes.
Lo maravilloso de Bach, añade, “es que aún suena moderno y fresco, como cuando escribió el Clave bien temperado, es lo grandioso de esta música, que puede adaptarse a otros géneros e instrumentos. No se restringe a su tiempo. Sigue significando y dando significados a las personas. Se sigue apreciando porque la naturaleza humana no ha cambiado y tampoco las emociones”.
Esta pieza “ofrece una gran sensación de paz, de satisfacción, tiene un enorme poder emocional y demanda mucha concentración, no sólo mía sino del público también. Para entenderla bien hay que escucharla bien. Es muy demandante para el público, pero si hace el esfuerzo se verá gratamente recompensado”.
Tan demandante es el Clave bien temperado, y en general la música de Bach, que antes de cada concierto Angela, además de maquillarse, peinarse y leer, come. “Bach requiere mucha energía y concentración, si no como me da hambre a los cinco minutos y eso no es bueno. Leo, me aseguro de estar mentalmente preparada, me maquillo, me peino y todas esas cosas, pero comer es lo más importante”.
Libertad al intérprete
Dentro del repertorio clásico, el Clave bien temperado es la pieza más difícil de interpretar. Cada uno de los dos libros se conforma de 24 preludios y fugas (un preludio y una fuga en el mismo tono). En la portada del primer libro (1722), Bach escribió la intención de la obra: “El clave bien temperado, o preludios y fugas en todos los tonos y semitonos, ambos con la tercera mayor o do, re, mi y con la tercera menor o re, mi fa, están compuestos para la práctica y el provecho de los jóvenes músicos deseosos de aprender y para el entretenimiento de aquellos que ya conocen este arte”.
“Yo diría –explica la pianista– que no hay nada más difícil. Se hace más ruido al tocar a Rachmaninov o Chaikovski, pero no se acercan a la dificultad del Clave. Creo que por eso no se toca mucho y muchos pianistas le tienen miedo, porque además es difícil de memorizar y tocar. Se necesita inteligencia musical, porque sin ella no se puede tocar a Bach”. Por ello, adelanta, pronto saldrá un dvd que muestra cómo tocar a este compositor en el piano, “porque necesitamos una guía”.
El Clave bien temperado (Das wohltemperierte Klavier), muchas de cuyas piezas toca Hewitt desde los 11 años de edad, fue escrito como material de aprendizaje, “por eso muchos creen que no es posible que sea una música feliz o disfrutable, pero lo es. Cuando lo interpreto, y que no hacen todos los pianistas, es darle elementos de la danza, porque la música de Bach, y la del barroco en general, se basa en ritmos bailables. Ese lado de la música –disfrutable, juguetona y con cualidades de la danza– es lo que muestro más que otros. No es música académica ni aburrida”.
Señala que si para muchos la música barroca es aburrida, no es culpa de ellos, sino de los intérpretes. “La gran música barroca nunca es aburrida, es fácil tocar a Beethoven o Chopin, porque ellos marcaban todo en la música: todas las indicaciones, qué tan rápido o qué tan lento tocar, qué tan suave o tan alto; mientras que en la barroca eso no se hacía, no se escribía nada de estas indicaciones en la partitura, así que eso da mucha libertad al intérprete. El problema es que muchos tocan la música barroca sin poner imaginación en ello. Si se pone imaginación, la pieza cobra vida”.
(Angela Hewitt interpretará el Libro I del Clave bien temperado el viernes 21 de septiembre a las 20:30 horas, y el Libro II el domingo 23 a las 18 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario. El precio de los boletos es de 200 y 130 pesos, con los descuentos tradicionales. Mayores informes en la página web http://www.jornada.unam.mx/2007/09/18/www.musicaunam.net)
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